Vamos descorchando el mes junto a uno de los personajes de mi universo personal que más admiro y aprecio. Es más mujer que Eva sin Adán, tiene los ojos más hermosos que los lentes de contacto pueden proveer, la palabra justa para el chiste desubicado, los pasos de baile de Paloma Herrera lesionada, el arcón de música bizarra digna de mí y es más dulce que un tarro de dulce de leche repostero. Hablo sin dudas o puteadas injustificadas de "La Coca Johana", es que si bien la Sarli esta viva, Johana es como la reencarnación en vida.
Te tira dos palabras y ya estas a sus pies, ya sea cagandote de risa o con ganas de mandarla al balcón a ver si llueve. Como en Buenos Aires no llueve y el calor es agobiante, hay que optar por el helado y ahí es cuando ella te mira a los ojos y dice: "chupe que es trabajo". Es que verdaderamente hay que chuparlo para que no caiga y no chorree por todos lados, previa servilleta en mano obvio - sigo hablando del helado, gente!-.
En esta tarde de noviembre, podemos escuchar a Burt Bacarach y podemos sentir "el trueno entre las hojas" de los árboles, compartir un par de palabras con ella ya que no esta filmando en el Delta y decir: "pucha que vale la pena estar vivo" porque con una amiga así, se hacen cortas las horas de facultad, son inolvidables los recreos, incontables los comentarios sumergidos en el humor, las críticas al mundo están fundadas en la razón y el regreso a la literatura es inevitable.
Los dejo con la "Coca Johana" y el mejor recuerdo a plazo fijo para cualquiera que ya la conozca.
Nos estamos leyendo !!!
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