"En sus ojos se veía muchas ganas de vivir" dice un joven Roque Narvaja en La joven guardia que ni de casualidad podía vislumbrar por los ´60 que una joven del año 2013 podría sorprender a alguien con un par de botas rosas. No eran largas, ni retro ni tan rosa pero lo primero que me sorprendió de ella fue su sonrisa. Cuando la ves llendo y viniendo, saltando de un lado a otro dejando el rastro de perfume francés y más seria que viuda en un velorio de amante clandestino no imaginarias de lo que es capaz esta mujer. Los años que tiene no los aparenta. Tiene unos 30 bien plantados con todo en su lugar, sobre todo su cabeza. La mental y la física porque lo que tiene de inteligente lo tiene de hermosa (pero esa es otra cuestión).
El día avanzaba rutinario en la locura laboral y mi vista solo se concentraba en la tarea a desarrollar pero el rosa, color que jamás me gusto me distrajo de mi encierro. Algo me recordaban pero no podía darme cuenta de qué. Es que nací en los ´80, mucho tiempo después del éxito de la canción pero la tenia de oído, Dios sabrá por qué. Ese día estuve todo el día cantando, en voz baja pero no a la madrugada, emulando los pasos de baile de la onda pop sesentosa en mi imaginación y así seguí hasta que le hice notar la canción a ella, a la no tan extraña compañera laboral y termine cantándola, pared de por medio y a la vista de la mirada incomprendida del resto del mundo.
Les dejo una publicidad de Coca-Cola de aquellos años con la canción como cortina musical y los integrantes de La Joven Guardia como protagonistas.
Nos estamos leyendo!!!
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