Confieso que eh vivido o al menos confieso que tengo demasiados "muertos en el placard". Es que la vida me ah pasado por encima, me ah invitado a cenar en lugares exóticos, me ah cagado a trompadas en alguna esquina del conurbano bonaerense y hasta se ah olvidado de mí alguna tarde. Es que los muertos, muertos están y eso significa limpiar de vez en cuando el dormitorio, airearlo y tirar algunos por la borda en el último viaje a Uruguay.
Desde los amigos que me han traicionado, pasando por las vergüenzas públicas, los gustos musicales aberrantes y escenas sexuales reprimidas en el inconsciente colectivo todo queda guardado por un tiempo debajo de la cama o en el placard mismo.
Todo será cuestión de deshacerse de ellos en el mejor momento posible, reordenar el disco rígido mental, deshacerse de la carga social de sobra y seguir adelante porque "al volver la vista atrás, se ah de ver la senda que nunca más se ah de volver a empezar". Caminante, no habrá camino pero si no te subís al Sarmiento a Capital no llegas ni a palos, sino aflojas con las milanesas con papas fritas no llegas con el colesterol a fin de año, sino apagas los tres televisores y la compu no llegas a fin de mes con la cuenta de la electricidad.
Me retire del mundo por mucho tiempo pero volví cada noche para ver que nada había cambiado, las luces seguían cubriendo las sombras de la ciudad, mis amigos seguían donde los dejé, mi gusto por las baladas fuera de época siguió intacta y el café seguía invadiendo mi guarida. Nada había cambiado o detenido su marcha y comienzo a dudar de que alguna vez lo hubiera hecho por alguien. Sigo aquí, en la noche, detrás de una grande de muzzarella viendo pasar los días.
Nos estamos leyendo !!!
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