Yo al igual que muchos (díganme quién no) me detengo en las mañanas a esperar el tren o el colectivo mientras me dejo llevar por la música de otro tiempo, épocas en las que no llegue a vivir pero que siento más cercanas a mí que las actuales. Así es como me sumo a las canciones de The Smiths, subo una escalera al cielo con Led Zeppellin o me siento lo más cursi que un humano puede ser con Simon and Garfunkel. No estaré sobre un "puente sobre aguas turbulentas" pero viajar en el Sarmiento parece serlo y como dijo Ismael Serrano "...queda lejos Jean Paul Sartre, muy lejos aquel París" y es que siempre está la mina que te come la cabeza cada 6 segundos al día, ya sea correspondida o no. Pero en caso negativo, vendrán los clásicos del punk o Tears for Fears en caso de que sea correspondido.
Los dejo y me sigo perdiendo en un anden de esta ciudad lejana del oeste, donde nada parece lo que es, las distancias parecen interminables y el reproductor siempre tiene guardada una canción para cada momento. Todo será cuestión de huir algún día no muy lejano.
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