miércoles, 18 de mayo de 2011

Oh Dios! Llego la Reverenda Alegria!

"Las montañas son grandes con el sonido de la música" cantaba Julie Andrews en el comienzo de La Novicia Rebelde en esa memorable escena en las praderas de Austria pero la verdad es que en Haedo no hay montañas así que nos conformaremos con Plaza Rivadavia y un par de acordes de guitarra criolla para presentar a la "Reverenda Alegria". En esto que hemos denominado tiempo atrás las cenas de los martes tenemos un sinfín de personajes para extendernos largo y tendido pero por el momento nos situaremos en Analia.
Así como hay palabras desubicadas, chistes subidos de tono al mango, comentarios disímiles de temas inexplicados aun para nosotros, ella es la que aporta la inocencia y el remate para cada comentario.
Ella tiene la voz y la guitarra de La Novicia Rebelde, la inocencia de Sally Field en La Novicia Voladora, el conocimiento de romances españoles de Sor Juana Ines de la Cruz, la desfachatez de Woopie Woldberg en Cambio de Habito y el sex-appeal de Luisa Kuliok en La Extraña Dama pero a falta de un galán de turno sigue dando número de atención a los muchachos de la adolescencia hasta el 2023.
Aunque no tiene la posibilidad de volar por falta de licencia, el habito de monja lo mando esta semana a la tintoreria y la guitarra la tuvo que empeñar para pagar el gas no se pierde la oportunidad de llenar su tiempo libre persiguiendo fantasmas en la oficina del jardín de infantes, cantar un par de boleros del Paz Martinez en la ducha y acompañarnos todos los martes en la cena semanal.
Seguiremos esperando las enseñanzas, las canciones liturgicas quedaran de lado para dar paso a alguna de Ricky Martin y estaremos expectantes del resúmen semanal de la cazería de fantasmas en esto que hemos dado en llamar "las cenas de los martes". Sólo en The Juancho Times (y en breve los videos).
Nos estamos leyendo !!!

martes, 10 de mayo de 2011

La cena de los martes

Halla lejos y hace tiempo en algún lugar de la loma que a alguno le venga en ganas, comenzo todo. Creo recordar que fue un mediodia caluroso y desgastante de enero cuando Viviana llamo a casa y dijo "Aunque no lo creas estoy escribiendo un libro. ¿Me lo queres corregir?" y allí empezamos las horas interminables de la corrección. Fueron tiempos de muchos vasos de agua y meter puntuación ortográfica a diestra y siniestra, reordenar tiempos verbales, aceptar principios universales del tipo "a veces la vida te caga a trompadas y no te das cuenta. Abrí los ojos, salame!" y justificar a qué se referian ciertos conceptos de la psicología social. Después de luchas interminables detrás de aquellas palabras llegaron las cenas de los martes. En principio con motivos de festejar su cumpleaños número...eso es lo de menos, lo importante aquí es dar cuenta de aquellos disímiles personajes que pasaron a conformar la más delirante y postmoderna visión de la vida de su escritor de cabecera (o sea yo).
No me cabe duda de que algún día no muy lejano me sentare a escribir la historia de cada uno y terminará sobre las tablas de la calle corrientes o en las marquesinas de Londres. Lo nuestro es una mezcla de "Mujeres al borde de un ataque de nervios", "Todo lo que usted siempre quizo saber sobre el sexo" y una pesadilla de Woody Allen post pedo etílico. Las charlas pueden variar en pocos minutos desde La Madre Teresa, pasando por el fantasma que persigue a Analia en la oficina, las charlas por handy con Eddie al mejor estilo "Los Angeles de Charlie" pero con el nivel de verborragia y malas palabras dignos de un monólogo de Enrique Pinti hasta la afirmación de que los celtas solo hacen música y de ahí salieron.
Los nombres pasaron a ser censurados por las denominaciones bizarras que compartimos uno con el otro, siendo casí la exacerbación de nuestras condiciones cotidianas, a saber que: Analia es "Reveranda Alegria", Eddie es "El pai Eddie", Facu es "Culo Hormigoso", Fede es "Ski", Damian es "Botanic" y yo "Juan Salvador Gaviota", entre otros. 


Nos estamos leyendo!!!