Siguieron los abrazos con Vivi, Facu y Eduardo (amigos entrañables y casi familia) en el hall del aeroparque y el viaje a casa, a las raíces en el oeste que de un tiempo a esta parte resultó lejano y salvaje pero sin John Wayne y sin secretos en la montaña. Volver a caminar por Av. Rivadavia, el club Ateneo en la calle Las Bases, pasar por la puerta de la secundaria y alguna de las esquinas donde me agarré a trompadas alguna vez.

Debo admitir que voy menos al teatro que al cine, que tengo más teatro leído que visto y que definitivamente no viví en la época en que se desarrolla la obra. Los años ´50 parecen estar muy lejos en el tiempo de todos, tanto los que la vivieron como los que no. Allí tiene su desarrollo la historia de Rubén, un chico tímido y cohibido, pantalón corto y anteojos de culo de botella. El pibe las tiene todas en contra, incluso asma. El elenco es completado por otro compañero de su misma edad llamado "Chiche" (el malvado en cuestión), la chica más hermosa del barrio (en la vida real sino saca el primer puesto gana el segundo por afano) y la dulce e inocente niña castaña con trenzas y ortodoncia. Misterix representa la inocencia, la fuerza y el símbolo de crecimiento de los personajes. No solo se usa como "el gancho" para los mayores sino también como una vuelta de tuerca al "monologo interior" (demostrar los pensamientos textuales de personajes) cientos de veces usado en la literatura clásica (el famoso monólogo de Hamlet por poner un ejemplo). Este es un acierto excelente del autor M. Kartun.
Las actuaciones son impecables no solo producto de una dirección bien hecha sino de actores con carácter escénico, gran manejo de la verborragia y de un manejo de la comedia como un artefacto de relojería suiza.
Es una vuelta al barrio, a la vereda, a las raíces de una época que si bien no fue nuestra la escuchamos de nuestros padres o abuelos internalizandola como propia. Quien vivió esos días en pantalón corto y disfrutó viendo las películas de Doris Day (aparece en la obra) en cine en continuado (sí, soy partidario de que vuelva el matineé, vermouth y vespertino) amará esta obra y para todos aquellos jóvenes nostálgicos que se prefieren llamar "indies" disfrutarán esta comedia del teatro independiente para no parar de reir con una Bidú-Cola en mano y "perhaps, perhaps, perhaps" de la bella Doris en los oídos.
Teatro El Tinglado: Mario Bravo 948 - Viernes 23.00 hs.
Teatro El Tinglado: Mario Bravo 948 - Viernes 23.00 hs.
Nos estamos leyendo!!!